jueves, 16 de octubre de 2008

El Far Barcelona. Mi historia.

Hace un mes no tenía ni remota idea de lo que era el Far Barcelona... ni de lo que iba a vivir.

Ya llegaba el tiempo de mis vacaciones... ¿Y qué iba a hacer este año? Bueno, me esperaba otro viaje solo, todavía sin saber a dónde, y no era mala idea... ya lo hice el año anterior y con buen resultado. Sólo que este año no me apetecía otro viaje "solo".

Sin previo aviso... Un indeciso amigo malagueño que no sabía si va a hacer el viaje (¿en un barco velero desde Málaga a Barcelona? ¿eh? ¿cómo?), empujado por otro amigo barcelonés... y animado por mi para que fuera... y, bueno, sin saber cómo, yo también enrolado. Una semana antes de la partida del Far.

¡Vale! No es mala idea. Aventura. Yo, que soy tan poco aventurero... Durante la semana previa, haciendo los preparativos, me asaltaron muchas dudas... ¿qué hago yo ahí? ¿yo que nunca he navegado? ¿cómo es el barco? ¿con quiénes vamos? ¿qué me llevo? ¿será mucho o poco? yo que soy tan ordenadito para mis mudas de ropa interior...

Tantas dudas que, al final, el que iba a echarse para atrás, era yo.

Y llegó el día. En el puerto de Málaga, el barco. El Far. "¿Eso es, tan pequeño?" pensé. Para que después, durante el viaje y navegando, descubriera QUE ERA ENORME.

Subir por la escala, pisar sus maderas legendarias y sentirte uno de los "Capitanes Intrépidos" del libro de Kipling fue un todo.

Y comienza... El contacto con la tripulación y los otros "tripulantes", los saludos, las presentaciones, el presentimiento equivocado que no iba a quedarme con los nombres de nadie...

El corretear por el barco, escudriñando todos sus rincones...

Vale, basta de dar vueltas, llaman para la reunión en la "sala de juntas", que luego haría las mismas funciones de dormitorio, estar, comedor... la vida a bordo. El capitán se presenta y nos habla de los objetivos, de nuestras obligaciones, tareas, turnos de guardias... ¡a trabajar!

Y sale el barco por la bocana del puerto de Málaga... al anochecer, con las luces de la ciudad al fondo, la brisa, el olor de la mar... y las olas... ¡ay, las olas! ¿Tanto se mueve esto?

Comienza ese mareo que me acompañó DURANTE 36 HORAS. El mareo es algo psicológico, te dice la gente del mar.

Pero es horrible. Y pasé por todas las fases, físicas y psíquicas. ¿Puedes llegar a quere morirte por un "mareo"?

"¡Qué paren esto que yo me bajo!" gritaba algo desde lo más profundo de mi ser, sin llegar a oirse, porque de mi boca no podía salir ni un sonido... aunque sí salía otro material que no voy a describir...

A mi favor he de decir que, aunque yo fui el primero en caer, no fui el único. Las maderas de la borda del barco dan fe de ello.

Pero eso se superó, y he visto los amaneceres más bonitos y los atardeceres más impresionantes.


Y he visto delfines saltando a nuestro paso, tortugas marinas flotando como pequeñas islas, peces voladores, y llampugas de intensos colores azules, verdes, dorados, y globos de placton fosforecente flotando a babor y estribor, brillando en la noche...

He estado flotando sobre el mar y la espuma de nuestra proa y viendo el azul del cielo en Ibiza...


Y he observado los cambios del mar, un día el agua está como un plato... y otro hay montañas de mar que quieren subirse a la borda del barco... con todas las tonalidades de ese azul marino del Mediterráneo.

Las noches con miles de estrellas... las que nunca había visto por culpa de la contaminación lumínica.
Oir el crujido de las maderas, el navegar del barco, el viento que mueve las velas, los cabos, las drizas, las escotas...


Saborear la sal sobre tu cara cuando el aire seca el agua de los salpicones del mar...

Y esa excursión por Soller, subir a la Sierra de la Tramontana...


Y todo esto, acompañado de un grupo de personas maravillosas, personas que he conocido, con las que he convivido y aprendido miles de cosas, como realzar el valor de la amistad y tener fe de nuevo en la gente, que te dan lo mejor que tienen sin pedir nada a cambio.

Todos sin excepción... sin querer olvidarme de nadie... Juan, Jose, Clara, Oriol, Lluís, Gemma, Jordi, Judith, Anna, Rakel, Nohemí, Gabi, Nuria, Pep, Mercé, Ale... Todos y todas formando un bonito grupo, donde cada uno ha dado lo mejor de sí, en tan poquitos días y en un espacio tan reducido, pero TAN ENORME, a la vez.

Y sí, me quedé con los nombres de toda la gente ¿cómo no? Todos ellos y ellas que ya tienen un hueco en mi corazón... y que espero no olvidar, y que no me olviden, nunca.

Después, fue llegar a Barcelona... Las despedidas, la felicidad por conocer nuevos amigos, y la tristeza por tener la sensación de no volverlos a ver... Y el intento de que eso no sea así ¡Qué no decaiga!

Esta es mi historia.

En una ocasión nuestro capitán Juan, un hombre del que se aprende constantemente estando a su lado, dijo "hay tanto por aprender...", y yo añado, tanto por hacer, tanto por vivir.

Hasta siempre, amigos y amigas del Far, travesía Málaga-Barcelona sep/oct 2008, ¡Hasta nuestra próxima aventura!


5 comentarios:

  1. Siiiiii...yo estuve allí....
    Y ahora estoy aquí, con sobredosis de añoranza y gnas de embarcar o largarme a algún sitio lejano...para desconectar otra vez de la tontería humana que me rodea a diario. Quiero estar con "gente-far" otra vez...gente que disfrutan del momento (aunque se mareen) y te dan mil motivos pa echar unas risas....
    Cuando nos vamos?????

    ResponderEliminar
  2. Más que bonito!. Sigue contando Mario!. Me lo voy imaginando según describes y con esas preciosisimas fotos.
    Un besote

    ResponderEliminar
  3. Ya te contaré, Mamen, ya te contaré...

    ResponderEliminar
  4. Santa Maria Madre de dios!!!!! ostia ostia, la foto de la comunión me dejo patidifusa, jajajajajajaja.
    Niñooooooooo me identifico tanto con todo lo que cuentas en tu historia que casi me haces llorar.Un millón de besos y ves pensando donde y cuando nos vemos, con mar de por medio o sin él.

    Nohemí

    ResponderEliminar

Tu comentario...